Sunday, December 4, 2016

¡QUE VIVA SHANGO!!!, ¡Hoy, Mañana y Siempre!!!



¡QUE VIVA SHANGO!!!, ¡Hoy, Mañana y Siempre!!!

Con mucho amor le dedico este hermoso y modesto homenaje a mis egguns, ancestros, padrinos y familiares fallecidos:

Ibae todos los egguns que me acompañan y acompaña a toda mi familia.

A mis Padrinos Fallecidos:

Ibae Benito Raúl Cabrera Díaz (Echulecun)
Ibae Antonio Esponda (Obairoso)
Ibae Valentin Santos (Obatuke)

A mis familiares y Ancestros fallecidos:

Ibae Rafael González Costa (Padre)
Ibae Angel Valdés Prado (Abuelo) (Tinibu)
Ibae Amada Celia Costa Quintana (Abuela)
Ibae Caridad Martinez (Abuela-Madrina de Bautizo)
Ibae Ramón González Costa (Tio)
Ibae Nestor González Costa (Tio)
Ibae Luis González Costa (Tío)
Ibae Margarita González Costa (Tía)
Ibae Josefina Valdes Prado (Tia-abuela)
Ibae Leonila Martínez Martínez (Visabuela)
Ibae Simón Martínez Martínez (Tio-Visabuelo)
Ibae José Valdés Martínez (Tío)
Ibae Sergio Martínez (Tío-Abuelo)
Ibae Alicia Valdés Prado (Tía-Abuela)
Ibae Pablo Rosque (Tío-Politico)
Ibae Tirito (Tío Politico)
Ibae Carlos Hernández (Amigo-Casi un Padre)
Ibae Rubén Díaz Chamizo (Amigo)




CHANGO/SHANGO (Santa Bárbara)

Pancrasia APUNTES SOBRE FOLKLORE AFROCUBANO 

Orisha mayor. Dios del trueno y del rayo, del fuego, de la guerra, de la danza, de toda la música y de la belleza masculina. Abogado de los guerreros y patrón de las tempestades. Es un buen orisha adorado, temido y deseado por todos. Es buen padre mientras el hijo obedece, de lo contrario, se aparta y repudia a su propio hijo, a todo aquel que sea cobarde, pusilánime o invertido. 

Después de Obatalá, Changó es el orisha más poderoso y más venerado. Sus hijos consagrados tienen que ser varones definidos, clarividentes, adivinos, impulsivos y valientes como su eleddá, astutos, mujeriegos, independientes como aquel Changó que obtuvo el secreto de cultivar el ñame que hicieron ganar el aché otorgado por Olofin.

Es un orisha que representa en él mismo un gran número de virtudes e imperfecciones a la vez. Es valiente, buen amigo, adivino y curandero, pero también es mentiroso, pendenciero, jactancioso, mujeriego y jugador. Es buen padre mientras el hijo sea obediente, pero si es cobarde o divertido se convierte en el más feroz de los progenitores. 

Changó, como dios supremo de la virilidad tuvo muchas mujeres, entre ellas: Obbá Yúru, Ochún y Oyá. Todas ellas, además de Obañeñé, Yemmú y Yemayá, son las encargadas de aplacarlo en los momentos impulsivos característicos de este orisha. Es el padre de los Ibedyi o jimaguas, cuya madre es Ochún, pero que fueron criados por Yemayá. 

PATTAKI DE CHANGO: 

Yemayá y Aggagú (dueño del río) tuvieron amores y de ellos nació Changó. Cuentan que al rechazarlo Yemayá, fué criado por Obatalá y al reconocerlo como hijo le otorgó un collar de color blanco y punzó, le construyó un castillo para que habitara en él como rey del mundo. Al bajar al Congo, con su tablero, su castillo y su pilón se hizo un joven revoltoso y pendenciero, tanto que Madre de Agua Kalunga lo tuvo que expulsar de allí.

Andando se encontró con Orula a quien le entregó el tablero pues sabía que lo iba a cuidar y saber utilizar. 

Así pues, Changó se quedó adivinando con caracoles y coco y a la vez, cantando, bailando y pendenciando. Se casó con Obbá, pero también vivía fijo con Ochún. Oyá, mujer de Oggún, se enredó también con Changó, se enamoró y se dejó raptar por él. Oggún y Changó iniciaron una enemistad feroz. Dicen que en una ocasión Changó estaba huyendo de su enemigo quien deseaba cortarle la cabeza y se escondió en casa de Oyá. Esta se cortó sus trenzas y se las colocó a su amado, lo vistió con sus ropas y lo transformó en mujer, pudiendo salir así el orisha, dejándole paso sus enemigos al creer que era la santa. 

Cuentan que Changó peleaba sin armas y que Osain, que era su padrino, le preparó el secreto (ingredientes) del güiro, para que cuando lo tocara con el dedo y se lo llevara a la boca, echaba candela por ella. Así, con el fuego, vencía a sus enemigos. 

A pesar de este Pattaki, existen sobre su origen diversas leyendas, algunas de ellas poco conocidas. Entre los lucumies se dice que nació en la tierra y subió al cielo para convertirse en Orisha, los bantús afirman que bajó del cielo siendo ya un orisha, un oba, un rey.

En cuanto a su paternidad hay otras leyendas. Unos dicen que la madre era Yemayá Konlá, otros dicen que es Iyému o Yémmu. Sobre su padre algunos sostienen que es hijo de Aggayú Solá y otros que es de Obatalá Ibaíbo, el esposo de Iyému que forma la pareja más vieja de Obatalas. 

Le atribuyen ser hermano de Aggayú y medio hermano de Babalú-Ayé. Como hijo de Ibaíbo y de Iyému, es el menor de todos los hijos de ese matrimonio y de todos los hijos de Ibaíbo. Fue por encargo de Ibaíbo que Obañeñé lo crió. Por otra parte, Changó reconoce que Ibaíbo es su babá y que Yemayá es su ujá. 

Entre los hijos de Ibaíbo y de Iyému, el orden de nacimiento es: Oggún, Ochosi, Elegguá, Orúmbila y Changó. Además, se mencionan como medios hermanos a: Obañeñé, Dáda, Aggayú Solá y a Babalú-Ayé. 

Su nombre primitivo es Addima-Addima y entre los muchos caminos de este orisha se mencionan entre otros, los siguientes: Olufina Koke, Obbá Lubbé, Obbara, Changó Eyeo, Obboña, Obba Dimeyi, Changó Olufina, Alofi-Alafi, Changó Obayé, Oban Yoko.
Posee un escudero o mandadero que responde al nombre de Orú. Tiene miedo a la Ikú y respeta mucho a Oyá. Es amigo de Elegguá y este lo es de él. 

SINCRETISMO 

Changó se sincretiza con Santa Bárbara. Esta relación se establece por el hecho de que para apartarla de los hombres que la deseaban su padre (pagano) la encerró en una torre de un castillo, cuando conoció la fe cristiana de su hija, la entregó a los tribunales y fué condenada a muerte por no renunciar a sus creencias. Poco después su padre fue fulminado por un rayo. También cuentan que el padre de la Santa quería casarla y ella se negó y se cortó los dos pechos para que la repudiará su futuro esposo. Entonces el padre la saco por toda la plaza encima de un caballo para que fuera vista por todo el pueblo y pasará vergüenza, ella solicito al cielo que nadie pudiera verla de tal modo y una tormenta tapo su paseo a través de nubes que la taparon por entero. Debido a estas historias y por representarse esta santa con una espada, símbolo del valor, así como por la leyenda de la transformación de Changó para escapar de sus enemigos disfrazado de mujer, hacen que se asociara con Santa Bárbara. 

COLOR: Rojo; Rojo y blanco.
NUMERO:4, el 6 y el 12 (se celebra el 4 de diciembre, día de Sta. Bárbara). 

MATERIALES: La seda. 

ATRIBUTOS: Espada (en ocasiones de madera y en otras de metal), el hacha bipeine, de doble filo, siempre de padera liviana pintada toda de rojo con la decoración en blanco, copa, caballo moro, un cetro de madera de palma y cedro que termina en puntas agudas o en forma de doble hacha (oché) y Changó lo lleva en la cabeza. 

COLLARES: De cuentas rojas y blancas alternadas, hasta completar 280.
ROPA: Usa bandé rojo con bordes en blanco, camisa holgada, pantalón rojo bermellón que en ocasiones es corto y terminando en punta. A veces, lleva el pecho descubierto y sobre él una banda cruzada o una chaquetilla roja y blanca. En la cabeza, la corona en forma de castillo. 

COMIDAS FAVORITAS: Maíz tostado, calabaza, caña de azúcar, mamey colorado, cogollo de mango macho, el quimbobó, plátanos, manzanas, caldo vegetal a base de cogollo de calabaza, quimbobó y carne ahumada picada. La palma real es la vivienda, el trono y el mirador de Changó, también la Ceiba, árbol sagrado como trono. 

ANIMALES: A Changó se le ofrendan jicoteas a las cuales se les pinta el caparazón de rojo y blanco y se coloca en algún lugar visible de su altar como uno de sus atributos predilectos, chivos, carneros, codornices, toros, gallos rojos, león. 

RECEPTACULO: Batea de madera con tapa, preferiblemente de cedro, en colores rojo y blanco. 

HIJOS: Son generalmente hombres voluntariosos, muy inteligentes, altivos y valerosos. Propensos a ataques de cólera y poco tolerantes. Fiesteros, libertinos, mujeriegos, verdaderos ejemplos de machistas. 

OTROS 

Cuando Changó baja se le puede saludar de distintas formas: “Kabiyesi Changó”, “Kavó Changó” o “Kabiosile Changó”. También se le dice: “Ee babá mí, echame la bendición”. La contesta saludando, al poner sus manos sobre los hombros del omo o abrazándolo, cruzando, jamás bajando la cabeza. Sus oní Changó siempre se le deben tirar en el suelo boca abajo con las manos pegadas al cuerpo. Las mujeres también se tiran, pero en otra forma, es el orisha quien se encarga de levantarlas para abrazarlas y saludarlas. 

REZOS A CHANGO:

Obákosó kisi ekó akama sía okuní buburu buburukú kiton lo aguo oba chokotó kaguó kábo sile. Agó. 

(Otro, según L. Cabrera): 


Elueko Asósain a katá jeri jeri kaguo kabie síle allá tután allá layi apénde uve Alofia kiseco tu ni Yeyéni ogón gelí yúo okuré así casagún. Agó.


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