Monday, December 31, 2012

EL SECRETO: SER CADA DÍA MÁS HUMILDES




EL SECRETO: SER CADA DIA MÁS HUMILDES

Por: Lázaro Daniel González Valdés

Hoy es el último domingo del año 2012.


Anoche me acosté rememorando mis aciertos y desacierto en este saliente año 2012.
Suelo ser crítico conmigo mismo, disciplina que llevo en práctica desde hace algunos años, después de mi primer sueño con Jesús Cristo en los años 90’. El segundo de estos sueños fue en el 25 de Abril del 2009 cuando me encontraba descansando en Cayo Hueso.

Recuerdo que me quede dormido en una cama reclinable a lado de la piscina y en el sueño vi como de la oscuridad bajaba del cielo Jesús con alas y todo se iba poniendo de día, o mejor dicho color blanco azulado incandescente. Sentía una fuerte energía a mí alrededor. Yo en el sueño sabía que era Jesús (no tuve la duda) y cuando lo veo le  digo: Señor indíqueme el camino correcto para seguir adelante, como puedo resolver mis temas? El me respondió con voz como si fueran altoparlantes: “Se cada día más humilde” “Ese es el secreto” y se retiro sin percatarme en la forma que lo hizo, me desperté sofocado y le comente a las otras cuatros personas que se encontraban conmigo en ese momento.

Yo que suponía hasta ese momento que practicaba la humildad, me pareció que aun no era suficiente, máximo cuando se me estaba trasmitiendo un mensaje.

En muchos de mis reflexiones, artículos o crónicas insisto en que todos deberíamos ser mejores seres humanos practicando la humildad.

Por ello pensé que hoy siendo el último domingo del año 2012 que mejor que reflexionar al respecto y poderles regalar un breve análisis de lo que muchos hablan y pocos practican que se nombra: La Humildad.

Me di a la tarea de buscar su significado, así como leí algunos escritos existentes en la red cibernética y encontré muchas citas y pensamientos del propio Jesús Cristo, hasta filósofos, presidentes, políticos, religiosos, escritores, poetas, historiadores, etc…Un dato curioso es que de alguna manera todos coinciden en que el ser humilde es la virtud más importante que debe tener un ser humano.

El término Humildad proviene del vocablo latín humilĭtas, y se define como: “La virtud que consiste en reconocer las propias limitaciones, cualidades, capacidades, debilidades  y actuar y aprovecharlas de acuerdo a tal conocimiento y obrar en bien de los demás, sin decirlo. De este modo mantiene los pies en la tierra, sin vanidosas evasiones a las quimeras del orgullo”.


Podría decirse que la humildad es la ausencia de soberbia. Es una característica propia de los sujetos modestos, que no se sienten más importantes o mejores que nadie pese a sus logros.

Las religiones  suelen asociar la humildad al reconocimiento de la superioridad divina. Todos los seres humanos son iguales ante los ojos de Dios y deben actuar en consecuencia. Para el Budismo, la humildad es la conciencia respecto al camino que se debe seguir para liberarse del sufrimiento.

El filosofo Alemán Immanuel Kant  afirma que la humildad es la virtud central de la vida, ya que brinda una perspectiva apropiada de la moral, mientras que para su coterráneo, el filosofo Friedrich Nietzsche, la humildad es una falsa de virtud que esconde las decepciones que una persona esconde en su interior.

Más allá de las diferencia de concepto, vemos como el valor de la humildad ayuda a las personas a contener la necesidad de decir o hacer gala de sus virtudes a los demás. Una persona que practica la humildad hace el esfuerzo de escuchar y de aceptar a todos. Cuando más aceptamos, más se obtendrá el cariño y reconocimiento, porque una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras agradables.

La Humildad es aceptar las cualidades con las que nacemos o desarrollamos, desde el cuerpo hasta las posesiones más preciadas. Por tanto, debemos utilizar estos recursos de forma valiente y benevolente. Ser humilde es dejar hacer y dejar ser, si aprendemos a eliminar la arrogancia,  reconocemos las capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los demás.  Por tanto, el signo de la grandeza es la humildad. La humildad permite a la persona  ser digna de confianza, flexible y adaptable. En la medida en que somos  humildes, adquirimos grandeza en el corazón de los demás.

El éxito en el servicio a los demás proviene de la humildad; cuanto más humildes, mayores logros obtendremos. No puede haber beneficio para el mundo sin la humildad. Una persona humilde puede adaptarse a todos los ambientes, por negativos que éstos sean; nunca dirán “no era mi intención decirlo”, según la actitud, las palabras reflejarán eso, entonces debemos cuidar nuestras palabras para no lastimar sin desearlo. Cuando expresemos una opinión debemos hacerlo con el corazón y mente abierta para aceptar las particularidades, la fortaleza y la sensibilidad de uno mismo y de los demás.

Para ser humildes, necesitamos ser realistas, conocernos, reconocernos y saber aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, para poder aceptar al prójimo tal como es. Únicamente así podremos aprovechar todo lo que poseemos para obrar el bien. Siempre encontramos cosas en nuestra propia persona que no nos gustan, capacidades que no estamos  aprovechando o cualidades que no estamos desarrollando. Lo importante  es aceptar la situación  e intentar luchar por superarse día a día.

™ Cómo podemos desarrollar la humildad


Lo podemos lograr si...

·         ƒ Aprendemos a aceptar las capacidades de los demás.
·         ƒ Reconocemos la propia realidad, sin caer en la arrogancia.
·         ƒ Somos sencillos, sinceros y veraces.
·             Pedimos ayuda cuando la necesitamos y reconocemos que no somos
    autosuficientes.
·         ƒ Escuchamos a los demás y dejamos de hablar de nosotros mismos

Hace mucho tiempo escribí:   “Tu eres el resultado de tus propios esfuerzos. Levántate y vive cada segundo como si fuese el último de tus días. Aprende amarte, respetarte y se honesto contigo mismo para que lo practiques con el resto del mundo. En ti esta tu propia salvación”.

Nunca es tarde para comenzar. Ellos de alguna forma hablaron y practicaron la humildad. Los dejo con algunas de esas citas sobre la Humildad.

Citas de personalidades políticas, personajes históricos, eclesiásticos, celebres de la literatura, la filosofía y la historia y algo más…


El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Jesús de Nazaret
Cesen los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes.
José Martí
Préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Miguel de Cervantes Saavedra
La humildad es verdad, y la verdad es humildad.
San Pio de Pieltrecina
Aún las profesiones más humildes son dignas de respeto.
Confucio 
El secreto de la sabiduría, el poder y el conocimiento es la humildad.
Ernest Hemingway
La humildad tiene dos polos: lo verdadero y lo bello.
Víctor Hugo
Si asumimos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades.
Dalai Lama
No hay, por otro lado, diálogo si no hay humildad. La pronunciación del mundo, con el cual los hombres lo recrean permanentemente, no puede ser un acto arrogante. El diálogo, como encuentro de los hombres para la tarea común de saber y actuar, se rompe si sus polos (o uno de ellos) pierde la humildad.
Paulo Freire
Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.
Mahatma Gabdhi
El orgullo divide a los hombres, la humildad los une
Sócrates
Para llegar al conocimiento de la verdad hay muchos caminos: el primero es la humildad, el segundo es la humildad y el tercero, la humildad
San Agustín
Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos más aventajados
Miguel de Cervantes Saavedra
Dios se deja conquistar por el humilde e rechaza la arrogancia del orgulloso.
Juan Pablo II 
Después de las derrotas y las cruces, los hombres se vuelven más sabios y más humildes.
Benjamin Franklin 
Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.
Salomón
La humildad de los hipócritas es el más grande y el más altanero de los orgullos.
Martin Lutero
La grandeza de las personas se mide por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma.
Rubén D Sequera
No seas jamás humilde con los soberbios, ni soberbio con los humildes.
Anatole France
Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza.
William Shakespeare
Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente.
Miguel de Unamuno
Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza
Rabindranath Tagore
Cuando no hay humildad, las personas se degradan
Agatha Christie
Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas
Eva Perón
El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes
Mahatma Gandhi
En todos los ritos, la sencillez es la mayor extravagancia
Confucio
En cuestiones de ciencia, la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un sólo individuo.
Galileo Galilei



Wednesday, December 26, 2012

¿QUÉ TIENE QUE VER EL AMOR CON ESTO?


                                      


Aramis Castañeda (Foto tomada de Facebook)

¿QUÉ TIENE QUE VER EL AMOR CON ESTO?
(Primera Parte)


 Por: Aramis Castañeda

Cuándo el hombre sale arrastrado del estudio, al grito de “¡Fuera!” que lanza la conductora, las mujeres del público se arremolinan y la emprenden contra él. Sus caras se han desfigurado y algo bastante cercano a la repugnancia refleja lo que ha de estar cruzando por sus mentes: los mil y un siglos de silencio y la venganza acumulada que, en tan solo unos segundos, encuentra al fin salida. En el set las víctimas lloran, una niña pide perdón a su madre y una asistente se acerca cariñosa y dice algo al oído de la que parece más afectada. Mientras, la conductora, despotrica del sexo opuesto, se despide de todos y Dios, como siempre, pone cada cosa en su sitio para que se sepa que sí existe la  justicia sobre esta tierra. Un nuevo triunfo a la espalda de la espigada rubia, la evidencia de que estamos siendo, alguna vez representados; la cuota que toca hoy de la correspondiente “verdad”.

A cierta distancia, en medio de un decorado no muy diferente, una señora envueltica en carnes se arrellana en el sofá. Pondrá sus manos en el regazo, soltará cierto discurso y dará paso a los invitados. Frente a ella –en el sitio donde comienzan las butacas destinadas al auditorio -dos hombres y una muchacha fungen de jurados. Aquí no hay golpes; pero sí gritos, discusiones, y palabras que no siempre se entienden.  Se habla –o grita, o discute- a un mismo tiempo, y en ese tono que no se sabe si es prestado, propio o resultado de nacer en una cultura que no es la suya. La señora, cuando lo crea apropiado, llamará a la cordura y tratará de ser paciente y correcta y, democráticamente, pedirá opiniones y un justo juicio a nombre de los convocados para esta ocasión. Entre todos tratan de dilucidar quién tiene la razón.

Pueden ser casos de familia o dignos de una corte del pueblo. Infidelidades, mentiras, engaños lo suficientemente jugosos como para llenar una hora de programa desde las tres de la tarde, las ocho de la noche, las diez de la mañana. Por Univisión, Telemundo, Telefutura, América Teve, Tele Miami o la Televisión Azteca. Cuando menos te lo imagines, regados como pólvora, desapareciendo y volviendo a aparecer; retransmitidos en esa hora en que no hay de qué manera llenar el hueco o reciclados en Los mejores momentos, Los archivos guardados de... o Lo que usted nunca  vio.  Son el último morbo, el gran descubrimiento, la alternativa “real” a tanta telenovela con más de lo mismo y la desmesura de asesinatos, malformaciones, catástrofes y accidentes al rojo vivo o de primer impacto en los que tan en falta se echa esa cosita rica que llamamos  intimidad. Lo que necesitábamos, de lo que nadie nunca se ocupó, alguna vez “en serio”, a través de otros, nuestro rostro con nombre; el negocio del sentimiento.

Tal cual, a veces, se dice, no son, en el fondo, los talk show, una mala idea. ¿Cómo serlo algo que pretende indagar en nuestros problemas y ofrecer la oportunidad, con palabras propias, de demostrar que, a pesar de las diferencias, nos asisten a todos los mismos conflictos? ¿Cómo si se aproxima al lado más humano del hombre? ¿Si hay una sincera preocupación por el semejante y el afán de denuncia en estos tiempos cuando a ninguno pareciera importar nada? Fuera así si es que así fuera, si es que, realmente, tras un rumbo semejante se anda; pero no es el objetivo, y sospechamos, por perros viejos, por dónde es que viene el asunto; de qué, por sufrirlo y padecerlo antes, sabemos va este tema; cual es la píldora que, de nuevo, quieren dorarnos para que caigamos en la trampa o, bien, sigamos en ella. No son una mala idea, no; más la intención, aunque se camuflee, es otra. Los talk show forman parte de la industria del entretenimiento y a ella se deben en normas, reglas, diseño, concepción, cuerpo y alma. No pueden, por más que quisieran, proyectarse de modo diferente, ni ser lo original que gritan a voz en pecho ni tener la libertad de creación para entregarnos un producto decoroso o edificante o, al menos, franco, distinto o moderno. Son un espectáculo- de mal gusto; pero un espectáculo, una comedia, una representación, un montaje, una bufonada  como la mayor parte de las “ofertas” que nos regala una televisión que se guía por las ganancias y el rating no por pensar en ti. Si dos y dos son cuatro cómo esperar de quien persiga dinero, y no otra cosa, más. Si entretener es que la gente olvide sus problemas por un rato o adormilar tu conciencia proponiéndote un mundo, de per se, figurativo, de qué modo exigir que se te eduque o aclare. Si la imagen del rebelde es, todavía, un pelo de colores, la camisa por fuera y el mohín, en la cara, del que comió pero no le gustó y, escándalo, la aventura de “sacar” a los “guardados” del “closet”, de quién, esperar, ciertamente, un grito revelador. Si se entiende, aún, solidaridad como el gastado truco a lo dama de beneficencia.

El error de los llamados talk show, o, al menos, de estos, está en su naturaleza; lo molesto, que la disfracen de buenas intenciones y se aprovechen de las desventajas para erigir un altar “humanitario” que no existe. En todo caso el propósito sería hurgar en lo más profundo hasta sacar sangre, sudor y lágrimas con que proveer la dosis urgente de sensación sin la cual, como pasa al diabético con la insulina, ya no podríamos vivir, o no, quietos. Y no se trata, de la forma en que lo presentan los disgustados, de cuál es más, o menos, vulgar o irrespetuoso, o si queda en entredicho la imagen de un país porque en lugar de promover las maravillas de la región, para incrementar el turismo, se prefiera llenar la pantalla de indios desdentados, violentos, “de bajo perfil”, incultos y cargados de nefastas e inigualables maldades. Tampoco del grado de temerosidad en las historias que se cuentan en uno y otro o lo drástico y fulminante de las apreciaciones que se lanzan en aquel con relación a este. Menos del grado de credibilidad que puedan portar o si los protagonistas asisten por su propia cuenta o son pagados para sentarse y formar parte de un panel. Se trata de la realidad sustituida, la supervivencia de los mismos códigos, la ausencia de frentes que, posibilita, sean funcionales, a estas alturas de la historia, los hábitos y adicciones con que, décadas atrás, cuando se revertieron los conceptos, nos intoxicaron. Como si ante un Miss Universo se estuviera, donde algunos temas quedan terminantemente prohibidos en aras de la neutralidad, o el casting en el cual al actor se exige un acento promedio que ni, remotamente, recuerde al de su país de origen, los famosos asuntos que proponen los talk show pasan días enteros en las ramas sin tocar tierra. La idea es que malo, malo, malo, eres porque quieres y, las valoraciones, de alfombra roja para convenir en si tu prestancia está entre lo mejorcito o peor visto no a qué es que se debe que estés por esos lares. Bajo el manto de lo generoso que somos y lo buen samaritano, apoyados en esa cacareada libertad que nos procura demandar, acusar, quejarnos y hasta votar por quienes creamos conveniente o, si es que lo queremos, hacer de nuestras partes privadas, un tambor, “de frente a todos los huracanes” el limpio tribunal de los talk show, ese que pretende enmendar las faltas allí donde las hubiese, jamás se cuestiona el origen del pecado. No existen condiciones sociales que lo propicie, ni desigualdades que lo procuren ni una estructura equivocada que posibilite prolifere como la verdolaga, ni incultura, ni analfabetismo, ni valores morales subvertidos ni el consumo, por el consumismo, de los principios, los escrúpulos, la austeridad o los fundamentos. Como si de hormigas habláramos, y no de gentes como tú y yo, los venturosos talk show, tan rompedores, y vanguardistas, y atrevidos, y de vuelta de todo, sólo van a las reacciones, nunca a las causas; por arribita, cual debe ser, dejando a un lado, capaz que hasta por desconocimiento, aquello en lo que peligrosamente pueda írseles su estatus, y su audiencia, y su visto bueno, y el tiempo que le regalan y los anunciantes que permiten que sea y su categoría de Robin Hood que tanto esfuerzo les ha costado conseguir. Para nada esbozada la privatización que ocupa todo lo concerniente al patrimonio espiritual, el imaginario y la cultura del hombre o el desmembramiento de lo autóctono en aras de una ideotización, a todas luces, mucho más eficaz. De un plumazo, al suelo, las derivaciones y la concatenación y la lógica y la evolución de un pensamiento científico que nos contó de cómo cada cosa es consecuencia de algo que no sólo de una inapropiada actitud personal. Los talk show juegan con lo miserable, se valen de ello; sin proponer soluciones ni profundizar en los problemas, ni  investigar, ni ser objetivos ni la cabeza de un guanajo. Porque no pueden, porque va en su naturaleza. Lástima que lo que se pone al fuego no pertenezca a otra zona que no sea la de tus sentimientos. Y seguirán los golpes y la chusmería y el odio visceral que, por un minuto, consigue venganza y el ropaje del buen samaritano y el altar a un “humanismo” que no hay por donde agarrar y los tribunales y los juicios y las lágrimas y la música suave y los “sicólogos” y las rubias y la amable asistente que se acerca, ahora, para decir algo al oído de quien simula más afectado cumpliendo con el rol para el que fue llamada.

Laura grita “¡Fuera!” y el hombre sale, a rastras, del estudio. La señora, entradita en carnes, llama a la cordura y trata de ser paciente. CristinaMarta SusanaMónicaMaritereJosé Luis, el que presume de sin censura consiguen el interés con las infidelidades, mentiras, engaños. Son casos de familia; dignos de una corte del pueblo. A las tres de la tarde, las ocho de la noche, la hora que sea; por Univisión, Telemundo, Telefutura, América Teve, Telemiami, o la Televisión Azteca; cuando menos te lo imagines, regados como pólvora, desapareciendo y volviendo a aparecer, retransmitidos en ese momento en que no hay de qué manera llenar el hueco o reciclados en Los mejores momentosLos archivos guardados de...Lo que usted no vio. Parece que alguien se divierte.





                                                                                         

Sunday, December 23, 2012

FELICES NAVIDADES Y PROSPERO AÑO 2013


                                                  

                                       Tony Cortes con su Staff Punto Final en TeleMiami

Felices Navidades y Prospero año 2013 

Cuando nos llegan noticias adversas, se presentan obstáculos en nuestros caminos, se cierran puertas que antes estaban abiertas y no vemos la luz al final de túnel y con ello creemos que todo está perdido, nos equivocamos, cuando pensamos que siempre nos asiste la razón también nos equivocamos, cuando creemos que somos los únicos en este polarizado y versátil mundo nos equivocamos, ahora cuando tenemos fe en nuestras ideas, en nuestro actuar, no nos equivocamos, cuando estamos seguro de que nuestros pasos van escalando por el lado correcto de la montaña, no nos equivocamos, cuando se cree en los seres humanos con vergüenza, en los seres honestos y auténticos no estamos equivocados. Cuando se logra un proyecto con el esfuerzo de todos, la perseverancia, persistencia, las buenas intenciones y se le pone el alma y el corazón podemos decir que no estamos equivocados. Cuando hacemos uso de la verdad o lo que se me asemeja a esta y nuestro fin, objetivos y resultados finales van encaminados al desarrollo del ser humano y a lograr que los seres humanos sean cada día mejores, entonces podemos estar seguros de que no nos hemos equivocado. Tony Cortes frente a su staff de Punto Final nos brinda a través de Telemiami un proyecto hecho a corazón para todos ustedes. Felices Navidades y Prospero año 2013 les deseamos con la mejores vibras y energías de este mundo


Tony Cortes y su Staff
Punto Final
TeleMiami

Sunday, December 2, 2012

PAPAS BUENAS Y MALAS





PAPAS BUENAS Y MALAS

Cuando pequeño pasaba parte de mis vacaciones en Florida, Camagüey en casa de mi querida y adorada difunta abuela Amada, recuerdo que el arroz, y las hortalizas, se la traían por saco al patio de su casa. Un día me pide mi abuelita un favor, Daniel necesito me ayudes a sacar de este saco de papas, las papas malas, yo curioso, pequeño aun, no comprendía muy bien a qué se refería mi abuelita. Ella se percato que me quede en ascuas, entonces esa mulatona (mi abuelita) que media más de 6 pies tomo el saco en sus manos lo voltio encima de un nylon y todas las papas cayeron rodando… tomo una papa magullada y en estado de descomposición y me señalo: “esta papa hay que sacarla para que el resto que están buenas no se echen a perder”. Comprendí al momento la tarea que me mandaba hacer mi hermosa abuelita.

Con el pasar de los años y después de la muerte de mi abuelita (Junio 29 de 1993) comencé a tener sueños con la casa de mi abuelita y en los sueños veo los sacos de papas y también como se separan las papas buenas de las malas. Un mensaje claro me trasmite mi abuelita del más allá: “Aparta todo lo que te pueda causar daño en tu vida”, ya adulto he venido a comprender esta lección o enseñanza.

Nos cuesta trabajo en ocasiones poder comprender o llevar a nuestras vidas enseñanzas que nos pueden ayudar a continuar el camino que nos hemos trazado.

Nunca es tarde para comenzar.

La familia es imposible escogerla, porque llegan a tu vida como un regalo (o no para algunos). Los amigos en cambio son un tema de selección y opción de nuestra parte. Somos los máximos y únicos responsables de ello. Nuestros logros, aciertos, desaciertos…en la relación con estos es el resultado de la buena, mala o regular selección que hemos realizado. Los amigo no se venden no se compran, no se subastan. Los amigos lloran y te dan la mano cuando más lo necesitamos, no critican sin buscar soluciones a cambio, no te ridiculizan en público, ni te tratan de menos cavar, por todo lo contrario los amigos cuando estamos ausente y en público se dice, se manifiestan o si se expresan  contrario a nuestra persona, ellos son nuestras caras, nuestros sentimientos, nuestros abrigos, nuestro escudo protector. A un amigo no se le enseña el respeto, el amigo llega con el respeto, no se le indica cómo debe o no actuar (no son nuestros hijos) , ellos saben cómo actuar, la química, el respeto, la comprensión, el sentido de fidelidad , de lealtad, el sentido común y un gran corazón forman a un buen amigo.

Hoy nuevamente mi abuela vino en sueños, ella sabe desde donde se encuentre que aun a mis 45 años, por tener unos sentimientos limpios, por no cargar con odios ni rencores en mi alma, aun sigo llevando sobre mi hombro a personas que se han vendido como mis amigos y que en realidad no lo son.
Los falsos amigos hay que apartarlos de los buenos amigos porque son capaces de minar el camino de obstáculos, intrigas, mentiras y divisiones  a través de sus malas intenciones, sus envidias, sus egoísmos y egocentrismos. De no separarlos, es muy probable que seamos el centro de atención y victimas de injurias, acusaciones, mentiras e intrigas y con ellos nuestras vidas, integridad moral, puesta en tela de juicio como parte de una venganza atroz y descomunal de los falsos amigos.

Ser vigilante de esto, no cuesta dinero alguno. La solución está en nuestras manos. Es preferible ponerse rojo una vez que no rosadito 100 veces. Por ello es mejor separar a tiempo a las papas malas del saco para que no contaminen a las buenas.

Es solo un consejo que nos envía mi abuelita del más allá y que por lógica, al menos yo debo de acabar de tomar.

Detectar el cáncer a tiempo es posible que tiene solución, dejarlo que se desarrolle sería fatal para nuestras vidas.

Creo que a mejor entendedor, con pocas palabras bastan.

Lázaro Daniel González Valdés
Director –Miami
Prensamérica Internacional